No estamos lejos, ni distantes, como nos quiere hacer creer la mente, es solo un sueño, un juego creado por el ego para justificar aquello que nos hiere y nos causa dolor. Todo es perfecto aquí y ahora, sí me llamas responderé con aquella alegría que aún se despierta en mi alma cuando recuerdo la nobleza y sabiduría de la tuya.
No existe comparación entre una persona y otra, no la haré, porque hay seres que simplemente son irremplazables. Es bueno saber que existen y que en algún momento formaron parte de nuestra vida, que compartimos tanto y aprendimos aún en las diferencias y hasta en las creencias.
Seguimos siendo tan parecidas porque estamos hechas de los mismos sueños, miedos y errores. Nos equivocamos tantas veces que relatarnos nos resulta familiar, y aunque solo una se quebró, la otra lo sintió. Jamás seremos las mismas de aquellos años, porque hoy simplemente somos mejores.