Te seguí por los valles,
por caminos inciertos
y fue cerrando mis ojos,
cuando te pude ver
y te sentí muy dentro.
Quiero quedarme así,
en ti, y solo te pido,
quédate, quédate en mi.
Quédate.
No puede darme el mundo
el gozo y la alegría de vivir,
por más que lo parezca
yo sin ti no soy feliz.
No hay nada que supere este amor,
puro y santo,
que tu me das señor.