Este libro fue un regalo de cumpleaños de mi querida amiga Maricely, ella como siempre obsequiándome joyas literarias. La mujer habitada, una novela de Gioconda Belli, yo no conocía a ésta escritora,  pero fue un placer este primer encuentro. Desde la primera página me cautivó con su prosa exquisita.

Empecé a leer una mañana, me senté en el balcón con vista al mar y a un enorme árbol, y sin imaginarlo, fue el escenario perfecto, algunas descripciones coincidían con lo que observaban mis ojos. ¡Mágico!

“Penetré en el árbol, en su sistema sanguíneo, lo recorrí como una larga caricia de savia y vida, un abrir de pétalos, un estremecimiento de hojas”

Éste es un libro ameno, las transiciones de la magia a la realidad han sido escritas con fluidez,  un estilo que en lo particular me encanta. Es la historia de dos guerreras, en épocas y condiciones diferentes, que participaron activamente en dos conflictos, en el pasado, la conquista, y en el presente, derrocar a un dictator. Con su fuerza y valentía,  nos demuestran y recuerdan el poder que tienen las mujeres para transformar el mundo y lo que han tenido que lidiar, a lo largo de la historia,  para ocupar su merecido lugar en una sociedad machista.

“El terrerno es lo que te dan de nacimiento, pero la construcción es tu responsabilidad”

La mujer habitada es una obra que a pesar del fuerte conflicto que  relata, fue narrada con dulzura y poesía en la voz de sus protagonistas. Itzá, el grito de una indígena enamorada que aun guarda en su espíritu los olores y sabores del amor, y en su piel las heridas de sus ancestros; y Lavinia, la voz de una joven arquitecta que se ha alejado de sus raíces aristócratas para unirse a un grupo de activistas que luchan contra un régimen para la liberar a su pueblo, ella está dispuesta a jugarse la vida para cambiar la condición política que vive su país, Nicaragua.

“Para mí en cambio, el amor era una fuerza con dos cantos: uno de filo y fuego y otro de algodón y brisa”

Estas dos mujeres se entrecruzan y se observan a diario sin saberlo, a ambas la soledad les pesa tanto como las injusticias, y solo el amor logra reconfortarlas, salvarlas. Una ya conoce el caudal de la muerte, y ahora es eterna,  la otra, aunque  le teme a esa feroz corriente, no dará un paso atrás.  Lavinia se enfrentará cara a cara con el dictador sabiendo que después de esa noche se darán cambios importantes e irreparables.

“La vida tiene maneras de renovarse a sí misma”