ELOGIO DE LA LENTITUD
AGUAFIESTAS
14 enero, 2021
¿De qué están hechas las estrellas?
28 enero, 2021

ELOGIO DE LA LENTITUD

Elogio de la Lentitud es un libro de Carl Honoré que leí hace un par de años. Me interesó de inmediato porque compartía esta filosofía de vida. Gracias a este libro me quedó aún más claro que la lentitud no tiene nada que ver, como muchos piensan, con ineficiencia, sino con equilibrio.  Quien está en calma y centrado está conectado con la vida misma, produce eficientemente y aprovecha el tiempo al máximo, no permite que  éste lo controle, ni mucho menos que lo enferme. «La lentitud nos permite ser más creativos en el trabajo, tener más salud y poder conectarnos con el placer y los otros»

No todos podemos ir al mismo ritmo, ni a la misma velocidad porque tenemos intereses, responsabilidades  y personalidades distintas y eso está bien, pero en algún momento debemos hacer un alto, por nuestra salud física y mental, y plantearnos seriamente a qué dedicamos nuestro tiempo.  Debemos aprender a crear nuestros propios tiempos, ir lento o rápido según lo amerite la situación, porque vivir acelerados solo nos producirá mal humor y enfermedad, y no es posible vivir el día a día como si el mundo se fuera acabar solo porque queremos tener el control de todo, esto no tiene sentido “el hombre mide al tiempo y este mide al hombre”

El mundo en que vivimos nos ha llevado a creer que para ser exitosos tenemos que hacer varias cosas a la vez llamándolo productividad, y sin duda se pueden hacer, pero ¿vale la pena realmente? Las mujeres tenemos esa fama de multitasking, y he escuchado a más de una gritar con orgullo a los cuatro vientos sus súper poderes ¿Pero a qué costo? Idas al psicólogo por estrés, depresión, angustias anticipadas, etc, en fin un drama cada día cuando las cosas no salen en el momento o tiempo esperado. “No olvidemos quién ganó la carrera entre la tortuga y la liebre. A medida que nos apresuramos por la vida, cargando con más cosas hora tras hora, nos estiramos como una goma elástica hacia el punto de ruptura

Recuerdo la primera vez que fui a New York, la gran manzana, la pasamos muy bien, pero yo solo observaba una gran soledad en  cada rostro, una vida apresurada y superficial, sí, eso era lo que veía en cada persona que caminaba como zombi, y eran muchísimas, sin duda llevaban prisa, o al menos eso parecía. La ciudad me gustó, por su luminosidad, pero estaba segura que no sería uno de mis destinos favoritos, ni mucho menos me gustaría vivir en un lugar así. “Cuando nos apresuramos rozamos la superficie y no logramos establecer verdadero contacto con el mundo o las demás personas?

“La velocidad en sí misma no es mala. Lo que es terrible es poner la velocidad, la prisa en un pedestal…Al principio era sólo el terreno laboral pero ahora ha contaminado todas las esferas de nuestras vidas, como si fuera un virus: nuestra forma de comer, de educar a los hijos, las relaciones, el sexo… hasta aceleramos el ocio. Vivimos en una sociedad en que nos enorgullecemos de llenar nuestras agendas hasta límites explosivos”

Me gusta ir despacito como dice la canción, saborear y disfrutar cada detalle de mi vida, haciendo pocas  cosas a la vez, pero tratando de hacer y dar lo mejor que pueda, así sea en una sola, al final no estamos en esta vida para competir con nadie, sino para ser nosotros mismos y ser felices en el  tiempo que Dios nos  regale en esta tierra.

Este es un libro que recomiendo muchísimo, te ayudará  a reflexionar y a medir la velocidad con la manejas tu vida, y lo más importante a preguntarte, ¿vale la pena?

Minnie

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.