LA RIDÍCULA IDEA DE NO VOLVER A VERTE
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LA RIDÍCULA IDEA DE NO VOLVER A VERTE

Bien lo afirma Rosa Montero nada es casualidad. Una buena amiga  me recomendó, La ridícula idea de no volver a verte, no es una novela, ni un ensayo, es una joya.  Fue inspirado y hace homenaje a la vida  de la gran mujer que fue Marie Curie, pero también al dolor, proceso, duelo, que ella experimentó y también  la autora,  tras la pérdida de su esposo. Esta obra nos  hace reflexionar sobre la vida y la muerte de una manera magistral y profunda. No es una lamentación, más bien un despertar inspirador que nos invita a valorar cada  momento junto a los seres que amamos. Desde la primera página la autora me atrapó, la forma tan humana y bella de describir lo común y rutinario,  le dio  brillo  a la tristeza con sus palabras al punto de tocarnos, rozarnos el alma y de alguna manera cambiarnos. No volvemos a ser los mismos después de ésta lectura, no al menos en mi caso.

“Sólo en los nacimientos y en las muertes se sale uno del tiempo; la Tierra detiene su rotación y las trivialidades en las que malgastamos las horas caen sobre el suelo como polvo de purpurina”

Leía este libro y pensaba en el amor que dejamos escapar día tras día. Malgastamos un gesto, una palabra, pensando que tenemos la vida comprada, o asegurada. Solemos decir que el tiempo pasa rápido, y no es así, pasamos nosotros, el tiempo siempre está, es el espectador eterno de las vidas que por él transitan.

Y justo para estos días murió la madre de un compañerito de mi hija y todo lo que había leído sobre la muerte y la vida se paseaban por mi memoria una y otra vez, no podía sacarme a esta señora de mi cabeza, pensaba tanto en su hijo, único, y se me partía el alma, los ojos se me llenaban de lágrimas, y tan solo quería besar y abrazar a mis hijos, verlos sonreír, escuchar su voz y tratar de guardar ese recuerdo en algún lugar sagrado dentro de mi.

Valoro la vida, las personas y los momentos que compartimos.  Eso somos, pequeños instantes.  ¿Como no logramos entenderlo? No hay manera de regresar el tiempo, él tampoco tiene memoria sería pedirle demasiado, debemos ser responsables de lo vivido, porque un día solo será un recuerdo. Así que es nuestra obligación no desperdiciar ni un minuto de nuestra vida para  que cuando el tiempo ya ni se acuerde podamos buscar  en las hojas de la memoria, y de ahí saquemos  una sonrisa o una lágrima de alegría, pero jamás  un remordimiento. Es nuestra decisión, debemos actuar hoy, aquí y ahora.

También para estos días escuchaba por “casualidad”, y no lo era desde que empecé la lectura que ya mencioné, una reflexión sobre los últimos días, lecho de muerte,  de algunas personas.  Ellas no querían nada, ni  pedían nada. Tampoco se podían llevar nada, ni siquiera la ropa, estaban desnudos esperando el viaje final. En su agonía solo  tenían el recuerdo de lo vivido y en algunos casos, ni eso.  Deseaban  regresar el tiempo para actuar y amar de otro modo, pero ya no podían.

Yo quisiera, de hoy en adelante y hace mucho lo intento, aprender a vivir de verdad, quedándome en cada momento, o dejando una parte de mi, pero tan consciente de lo vivido que no tenga ganas de mirar atrás y decir: si yo pudiera… o si yo hubiera…. Porque entregué amor de verdad y alegrías a todos los que me rodeaban.

Amado Jesús dame la dicha, a mi y a mi familia,  de vivir una vida larga y saludable,  que aprovechemos al máximo  nuestro paso por esta tierra y podamos crear momentos eternos en nuestra memoria.

Nota: Tomado de mi libreta de apuntes del  3 de abril de 2019.

Minnie Flores
Publicado el 18 de junio de 2020

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