Una novela histórica de Ildefonso Falcones, con una narrativa exquisita, que nos lleva junto a sus personajes a través de un viaje desde Cuba, hasta Sevilla, y a Madrid en diferentes épocas.
En ésta apasionante historia, cargada de prejuicios e intolerancia, surge una gran amistad entre una esclava, y una joven gitana.
El autor nos relata la vida de Soledad, una esclava que consiguió su libertad, pero emocional y mentalmente seguía atada a su pasado, una inexistencia como ser humano, porque no conocía otra manera de vivir, mucho menos de sentir.
Al llegar a Sevilla, sola y desamparada, deambuló por las calles son su pasado a cuestas, hasta que la joven gitana no solo la salvó, y la cobijó, sino que, sin saberlo, la llevó a conocer la verdadera libertad, el amor propio.
Persecuciones, tragedias y discriminaciones separan a éstas grandes amigas lo que las lleva, a cada una por su lado, a no rendirse, a mostrar su valentía contra viento y marea, hasta que el destino las vuelve a reunir.
A Soledad el canto la acompaña y la libera, y sin ella saberlo, enamora a quién se deleita con sus lamentos hechos canción.
Ésta novela la leí bastante rápido pues te va enganchando en la trama, vas conociendo a los personajes, te entristecen sus penas. Te hacen reflexionar sobre temas que hoy día deberían causar vergüenza a toda la humanidad para que jamás se vuelva a repetir esta historia, de esclavitud y discriminación, del tipo que sea.
Con esta novela, y con lo que transmitía, especialmente una de sus protagonistas, la esclava Soledad, queda claro que el dolor marca y encadena, pero no solo la piel, el daño más grande es el que le causa al alma y la esclaviza.
Es libre quien se ama, ama, y se acepta tal cual es. La auténtica libertad nace en el alma, y no tiene que ver con un status o rol determinado. Cuando eres feliz, eres libre.
Y sonará trillado, pero es la realidad, solo el amor, el amor propio añadiría yo, nos hará felices y libres.